Respetar lo que otros piensan, esperar tu turno, levantar la mano para poder hablar en clase, no interrumpir cuando alguien habla y aprender a tolerar la frustración pueden parecer prácticas demasiado comunes cuando somos adultos, pero todas demandan habilidades que adquirimos cuando éramos pequeños. Una de las principales funciones del Kínder es ir moldeando la personalidad del niño y otra función de gran importancia es comenzar una adaptación suave al mundo escolarizado, en donde aprenderán a tener responsabilidades estudiantiles que en el siguiente nivel educativo ya deben estar más que aprendidas.
Las actividades y los espacios que se presentan en el preescolar suponen para nuestros hijos diversas posibilidades de conocimiento presente y, ¡sobre todo futuro! En el Kínder no sólo aprenden a convivir con otros adultos y niños, también tienen la oportunidad de ampliar su vocabulario. El desarrollo del lenguaje oral de un niño que asiste al preescolar es mayor que aquel pequeño que sólo recibe educación en casa. Si bien el primer contacto con la educación lo tenemos en el hogar, en la escuela ampliamos considerablemente las palabras y fortalecemos nuestra capacidad de comprensión. ¿Por qué en la escuela se amplía más el vocabulario? Como te platicamos en nuestro artículo "¿Es necesario que mi hijo curse el preescolar o kínder completo?", pasa que en el núcleo familiar las personas que están a cargo de los niños ya entienden a la perfección su lenguaje, por lo que no requiere de muchas palabras para dar a entender lo que necesita. Caso contrario a lo que sucede en la escuela, en donde tendrá que dar su mejor esfuerzo para comunicar sus ideas y solicitar cosas.
Objetivos desarrollados y perfeccionados
Como hemos platicado el preescolar tienen múltiples beneficios y objetivos muy claros para ir haciendo más fácil la educación de los niños. Te damos algunos:
- Suministra condiciones para adquirir estabilidad en procesos corporales.
- Beneficia al desprendimiento del núcleo familiar.
- Vinculación emocional y social con personas de su edad.
- Estimular la agudeza sensorial y perceptiva.
- Desarrollar la creatividad.
- Desarrollo de la madurez emocional.
Por último, sabemos que el cerebro humano está en constante adquisición de conocimiento y que no hay edad en la que ya se tenga toda la información del mundo, pero es en los primeros años de vida en donde hay más oportunidad de retener información, y desarrollar competencias y habilidades que tendrán gran impacto en nuestra vida adulta. El desarrollo del niño al cursar el kínder completo se ve reflejado en su desarrollo cognitivo, psicomotor y socio-emocional que hace posible una mejor absorción de los conocimientos que vienen en las siguientes etapas educativas.