La etapa preescolar es el inicio de un largo ciclo educativo, donde se forjará el carácter y los conocimientos básicos de los niños durante sus primeros años de vida.
Ingresar al kínder puede poner a nuestros hijos nerviosos y hacerlos sentir confundidos, una respuesta natural que hará que necesiten nuestro apoyo para afrontar con asertividad los cambios. A continuación hablaremos acerca de los principales temores de los niños al entrar a la escuela y cómo podemos ayudarlos a dar sus primeros pasos.
Temores de los niños antes de ingresar al kínder
Uno de los principales problemas que afecta a los niños es la ansiedad por separación. Hace que los pequeños no quieran ir al kínder, ya que temen las consecuencias de separarse de sus padres o cuidadores primarios. La escuela es un concepto demasiado abstracto para ellos, implica rutinas completamente nuevas y convivir con personas desconocidas, por tanto, dependen de sus padres para familiarizarse positivamente con esta idea. Los temores más recurrentes que experimentan los niños en esta fase son:
- Miedo a sentirse desprotegidos estando lejos de sus padres o cuidadores primarios.
- Temor a utilizar un baño desconocido.
- Temor a no hacer amigos o no llevarse bien con otros niños.
- Miedo a perderse.
¿Cómo ayudar a los niños a prepararse para el kínder?
Los meses previos al ingreso son esenciales. Durante este tiempo, los padres debemos poner en marcha un plan de actividades adaptativas que ayude a los niños a familiarizarse con la dinámica escolar y sentirse más seguros antes del primer día. Los objetivos de la preparación escolar son:
- Estimular la curiosidad o interés en aprender cosas nuevas.
- Lograr que los pequeños sean capaces de explorar el mundo a través de sus sentidos.
- Enseñar a nuestros hijos a tomar un turno y esperar, así como cooperar con otras personas (niños y adultos).
- Hacer que los niños entiendan la importancia de escuchar a compañeros y adultos.
- Aprender a seguir instrucciones.
- Enseñar a los pequeños a comunicar cómo se sienten y a empatizar con otros.
- Aprender a manejar impulsos y limitar comportamientos disruptivos.
Para aliviar los miedos de nuestros hijos, podemos llevar a cabo las siguientes actividades:
- Explicarles las rutinas del preescolar, como los juegos que usarán, el tipo de niños que habrá y, especialmente, que una persona de confianza (papá, mamá u otro familiar) los recogerá al final del día para llevarlos a casa.
- Es importante no hacerles promesas exageradas, sobre las que como padres no tenemos control. Por ejemplo, asegurarles que harán un montón de amigos el primer día.
- Visitar la escuela antes del ingreso al kínder es una excelente idea para que nuestros hijos adquieran confianza y se familiaricen con su nuevo espacio. Podremos enseñarles dónde estará ubicado su salón, la distancia a los baños, el área de juegos, entre otros aspectos esenciales para niños preescolares.
- Ilustrar a los niños el proceso de separación que tendrá lugar en su primer día, también ayudará a hacerles este proceso más sencillo. Podemos usar muñecos o títeres para explicar a los pequeños que, llegado el momento, tendremos que dejarlos, pero estaremos ahí al final de la jornada.
También disminuimos el riesgo de que los niños desarrollen miedo a la escuela, si implementamos un ritual diario de despedida y los acompañamos al kínder durante las primeras 10 semanas (en caso de que el transporte escolar pase por ellos). Además, permitir a nuestros hijos llevar un objeto de confort, como su juguete favorito, puede hacer que se adapten más fácil.
Ahora que sabemos cómo afrontar con nuestros hijos su ingreso al kínder, disfrutaremos mucho más de esta nueva etapa con ellos.