La educación primaria es una etapa repleta de oportunidades, tanto por la disposición de padres e hijos como por la iniciativa de las instituciones educativas que adentran a los niños al mundo del conocimiento. Según el calendario de la SEP los niños con 6 años, o que los cumplirán el 31 de diciembre del año vigente, y los que se encuentran cursando el tercer grado de preescolar podrán tramitar su inscripción a primaria.

En este punto los niños ya han atravesado lo que podría ser el primer contacto con la sociedad estudiantil de su edad, por lo que el descubrimiento de cómo relacionarse con sus compañeros y maestros está fresco en su conciencia. Ahora viene un nuevo nivel de conocimiento que le permitirá perfeccionar lo aprendido en la etapa preescolar. La primaria funge como iniciación de la valoración crítica de las capacidades del estudiante, comparado con sus compañeros de clase. Se toma conciencia sobre la condición de éxito, y sobre todo conoce la motivación para triunfar por medio del esfuerzo.

La maduración psicología del niño de seis años requiere de un perfeccionamiento sensorial y motor que puede facilitar la mejora de la capacidad de observación y control de las capacidades motoras. El niño en esta etapa alcanza ciertas habilidades manuales, y también incrementa su capacidad de coordinación y de raciocinio complejo. (La educación en el nivel primario, García Hoz, 1993)

Comenzar a cursar la primaria supone un incremento de la independencia que el niño ha experimentado hasta el momento, no sólo porque las horas de la escuela incrementan, también porque la carga de trabajo es ligeramente mayor. El acompañamiento de los padres durante este tiempo es vital para una transición exitosa, y despertar su curiosidad desde casa asegura la manera en la que reaccionará a la nueva torrente de información que recibirá en clases.